Pedro Vizcay/DIARIO DE LEÓN

Las ayudas a las que podrán tener acceso los cotos de caza aparecen publicadas en el BOCYL nº 4 del viernes cinco de enero, dentro de un conjunto de actuaciones de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta. Para los cotos de caza las subvenciones tienen como finalidad la realización de actuaciones encaminadas a minorar la profunda transformación que ha sufrido el hábitat cinegético de nuestros campos, paralela a la intensificación de los usos agrarios y a la modificación de las infraestructuras correspondientes. Los beneficiarios serán los titulares de los cotos de caza, los arrendatarios de los derechos cinegéticos o bien las asociaciones de los anteriores. Para poder solicitar las ayudas es indispensable que el aprovechamiento cuente con un Plan de Ordenación Cinegética y se encuentre al día en sus obligaciones tributarias. El 20 % de la consignación presupuestaria se destinará a desbroces. Esta medida parece necesaria ya que no sólo mejora el hábitat de determinadas especies como la perdiz la liebre o el corzo, también contribuye a reducir el riesgo de incendios. Pese a ello el porcentaje de superficie desbrozada nunca deberá superar el 2% de la superficie del coto, si bien podrá realizarse en varias manchas. Otros conceptos subvencionables serán las siembras, con una superficie máxima de una hectárea por parcela. Los desbroces deberán ir acompañados de siembras. Este tipo de actuaciones mantiene en cierto modo los usos tradicionales en áreas de montaña, proporcionando alimento a las especies cinegéticas. El abandono de estos usos que ya no resultan rentables en la montaña, ha contribuido a la caída en las poblaciones de caza menor.

La recuperación de fuentes naturales y su limpieza, así como la construcción de refugios para la fauna en aquellas zonas donde así lo requieran, también podrán ser objeto de ayudas. No lo serán sin embargo los cercados de fincas con mallas cinegéticas o los aprovechamientos de caza intensiva en época de veda. También quedarán excluidos los acotados en los que hayan existido casos con expediente abierto por envenenamiento o muerte por disparos de especies catalogadas. El plazo de solicitudes queda abierto hasta el día 31 de enero inclusive, debiendo aportarse la documentación que se establece en los anexos de la mencionada Orden.

El ocaso de las asociaciones de pescadores

En el mismo boletín aparece otra Orden por la que se convocan subvenciones para financiar el funcionamiento de las sociedades colaboradoras de pesca. La filosofía de estas ayudas se justifica en el sentido de que, favoreciendo la estructuración de las mismas, se favorecen también los cauces que permitan la participación de los pescadores en la conservación y gestión de nuestros ríos. Los destinatarios serán las sociedades de pescadores ubicadas en Castilla y León que tengan reconocido por la Consejería de Medio Ambiente el carácter de sociedades colaboradoras de pesca. Los gastos subvencionables serán los alquileres de locales destinados a sedes sociales, o al IBI caso de ser propiedad de la sociedad el mencionado local. Los gastos derivados de la contratación de personal administrativo o auxiliar, o los gastos de funcionamiento tales como material informático, mobiliario de oficina o libros de pesca destinados a la formación de una biblioteca social. También diverso material fungible como papel, cartuchos de tinta, gastos de correo, suscripciones a revistas relacionadas con el mundo de la pesca, creación y mantenimiento de una página web, o gastos de luz, agua o calefacción. El plazo de solicitudes finalizará el 31 de enero y en la documentación a presentar deberá figurar una memoria de actividades correspondiente al pasado año 2006. En la cuantía global de las subvenciones se establece un tope máximo de seis euros por asociado con un tope de 6.000 euros.

Asociaciones de pescadores

El colectivo de pescadores nunca ha estado especialmente cohesionado. Determinados intereses como pueden ser las diferentes modalidades legales (cebo natural, cucharilla, mosca ahogada, mosca seca...) priman en ocasiones por encima de los intereses generales como son mantener una buena salud en los ríos para que cuenten con poblaciones de peces estables en sus aguas. Las sociedades junto con la Federación de Pesca eran los únicos instrumentos con capacidad de movilización ante las medidas, siempre restrictivas, que la Administración podía aplicar, no en vano la pesca ocupa uno de los últimos lugares en los usos del agua por detrás de abastecimientos, regadíos y producción hidroeléctrica. Desmovilizar a los pescadores interesaba a una Administración proclive a plegarse ante el poderoso, léase empresas y Ayuntamientos grandes. Tal vez por eso optaron por la asfixia económica privando a las sociedades del derecho que venían disfrutando en la reducción del 50 % en el precio de los permisos.

La medida provocó una reacción inmediata y el conflicto inundó los medios de comunicación de toda Castilla y León, de forma muy especial en las provincias de León Salamanca y Palencia. Tal vez por ello la Junta intentó suavizar la medida en base a presupuestar pequeñas partidas para subvencionar los gastos y actividades de las sociedades más dinámicas. A la vez y en una medida marcadamente electoralista, concedía licencias gratuitas a los jubilados a los que también otorgaba la reducción del 50 % en los permisos. La política maquiavélica de la Junta ha logrado su propósito: Unas sociedades debilitadas y sin capacidad de movilización, alguna de las cuales vende a los pescadores por un plato de lentejas, arrimadas al pesebre administrativo. Convidados de piedra en los Consejos de Pesca a los representantes de los pescadores languidecen sin otro derecho que al pataleo. La Junta dispone del dinero y de la capacidad para conceder las subvenciones o no. Es además quien deniega o concede el título de sociedad colaboradora, requisito imprescindible para optar a las mismas. Cada vez más desarmados los pescadores tradicionales han sido condenados a perder todas las batallas, pero quién mas perderá serán los ríos administrados por intereses políticos.